La progresión I–IV–V explicada: el pilar de la música tonal
En este ejemplo vemos una de las progresiones más frecuentes
(I) Tónica
(IV) Subdominante
(V) Dominante
La progresión I–IV–V: el pilar de la música tonal
En la teoría musical occidental, una de las progresiones más antiguas, universales y reconocibles es la progresión I–IV–V. Se trata de una sucesión armónica formada por el acorde tónico (I), el subdominante (IV) y el dominante (V).
- I (Tónica): es el centro tonal, el “hogar” al que tiende toda la música.
- IV (Subdominante): aporta movimiento y una sensación de apertura, alejándose de la tónica.
- V (Dominante): crea tensión gracias a la sensible y al tritono (si lo hay), generando la necesidad de volver al acorde I.
Este esquema genera un círculo de estabilidad, movimiento y resolución, la base de gran parte de la música tonal desde el Barroco hasta el rock, el blues, el pop y el folklore.
Ejemplo en Do mayor:
- I = Do (C)
- IV = Fa (F)
- V = Sol (G)
Progresión: C – F – G – C
¿Por qué es tan importante?
- Simplicidad y claridad: es fácil de comprender y aplicar en cualquier instrumento.
- Universalidad: está presente en himnos, corales de Bach, standards de jazz, canciones de rock, pop y blues.
- Funcionalidad tonal: enseña de manera práctica la relación entre tónica, subdominante y dominante, la base de la armonía funcional.
En la guitarra, la progresión I–IV–V permite a un estudiante principiante acompañar cientos de canciones con apenas tres acordes, mientras que un músico avanzado puede explorar infinitas variaciones rítmicas, melódicas y de voicings.
En la tabla que dejo a continuación podes tocar la Progresión I. IV. V en las 12 tonalidades, esto te permitirá desarrollar fluidez en el pasaje de los Acordes e incorporar Cejillas en distintas posiciones del mástil.
Comentarios
Publicar un comentario