Aspecto Volitivo y aprendizaje

El Aspecto Volitivo en el Aprendizaje y la Música

El aspecto volitivo hace referencia a la capacidad de la persona para querer, decidir y sostener una acción orientada a un objetivo. A diferencia de la motivación —que responde al impulso inicial para actuar—, la volición implica el poder de la voluntad para mantener la conducta en el tiempo, incluso frente a la dificultad o la falta de recompensa inmediata (Kuhl, 1987).

En la psicología contemporánea, se reconoce que la volición es un proceso complejo que involucra autocontrol, autorregulación y toma de decisiones conscientes (Heckhausen & Heckhausen, 2018). En el aprendizaje musical, esto se traduce en la capacidad de un estudiante de guitarra de perseverar en la práctica diaria, sostener la atención en pasajes difíciles y resistir la tentación de abandonar cuando los resultados no aparecen de inmediato.

William James (1890), considerado el padre de la psicología moderna, ya señalaba que la voluntad es la facultad de elegir un curso de acción cuando existen varias alternativas posibles. Esto subraya la dimensión activa y responsable de la persona frente a su propio desarrollo.

El filósofo Harry Frankfurt (1971) distinguió entre deseos de primer orden (querer algo) y deseos de segundo orden (querer querer algo). Esta reflexión ilumina la volición en el músico: no basta con querer tocar la guitarra, sino con decidirse a comprometerse con ese querer, transformándolo en acción sostenida.

Desde la neurociencia, se ha comprobado que la volición está estrechamente relacionada con los lóbulos frontales, encargados de planificar, inhibir respuestas automáticas y mantener la conducta dirigida a metas (Goldberg, 2001). Estudios como los de Benjamin Libet (1985) sobre la relación entre intención consciente y preparación neuronal han abierto el debate acerca de si la voluntad es completamente libre o está condicionada por procesos cerebrales previos.

En el ámbito educativo, la volición se considera una competencia entrenable. Teorías de la autorregulación (Zimmerman, 2000) muestran que los estudiantes exitosos no solo dependen de la motivación, sino también de estrategias volitivas como planificar metas, organizar el tiempo, controlar distracciones y autoevaluarse.

En síntesis, la volición es el puente entre motivación y acción. Sin motivación no se inicia el movimiento, pero sin volición no se sostiene en el tiempo. Para el guitarrista o cualquier aprendiz, cultivar la voluntad significa entrenar la capacidad de dirigir la propia energía hacia aquello que realmente se quiere ser y hacer.


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