¿Se puede desaprender algo?

¿Se puede realmente desaprender algo?

Cuando hablamos de aprender y desaprender, muchas veces pensamos que el cerebro tiene la capacidad de borrar conocimientos o hábitos antiguos para reemplazarlos por nuevos. Sin embargo, desde la neurociencia sabemos que este proceso es mucho más complejo y fascinante.

Según el neurólogo Álvaro Pascual-Leone, experto en neuroplasticidad:

"No se trata de desaprender, sino de aprender por encima." (Pascual-Leone, 2014)

Esto significa que, cuando intentamos corregir una técnica o hábito, el cerebro no elimina el circuito neuronal previo, sino que crea uno nuevo que compite con el anterior. Este nuevo circuito puede ser más eficiente y, con el tiempo, llega a dominar la acción, relegando el antiguo.

Por ejemplo, imagina a un guitarrista que ha practicado una digitación con los dedos 1 y 3 durante años. Ese patrón está muy consolidado en su cerebro, involucrando áreas de planificación motora, ejecución, retroalimentación sensorial y automatismo. Al intentar cambiar a una digitación 1 y 4, el nuevo circuito neuronal es inicialmente débil, lento y compite con el antiguo. Por eso, al principio, la persona tiende a volver a la digitación errónea.

El fortalecimiento del nuevo circuito requiere:

  • Atención consciente e intención clara durante la práctica.
  • Repetición significativa, no mecánica, para consolidar el aprendizaje.
  • Variabilidad controlada, aplicando la nueva técnica en diferentes contextos musicales.

Además, la práctica mental o la visualización de la técnica correcta son herramientas poderosas para reforzar el nuevo circuito sin necesidad de movimiento físico.

Este proceso no solo aplica a la música, sino a la rehabilitación motora, la modificación de hábitos en trastornos obsesivo-compulsivos y otros ámbitos donde el cambio de patrones es esencial.

Es importante comprender que el error y la dificultad durante el aprendizaje no son fracasos, sino fases naturales en las que los nuevos circuitos compiten para dominar. La paciencia, la constancia y la intención clara son claves para lograr el cambio.

En definitiva, el cerebro no desaprende, pero puede aprender mejor y reorganizarse a lo largo de toda la vida, un mensaje alentador para estudiantes, profesionales y personas que buscan mejorar o cambiar hábitos.


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